domingo, 1 de junio de 2008

Evidencia de la Importancia de una buena nutrición en el ambiente laboral

La evidencia de los países en desarrollo muestra que la productividad de los adultos depende en gran medida de la contribución que la salud y la nutrición durante la infancia temprana hacen al rendimiento educativo. Hay estudios que también demuestran que un adulto saludable con una dieta adecuada tiene un nivel de productividad económica más alto, tanto en el trabajo como en el mercado laboral, que un adulto que no come o lo hace de manera inadecuada.

En 1998 en un estudio de 80.000 Americanos, se encontró que los participantes obesos tenían una cantidad desproporcionada de ausencias laborales por causas relacionadas a la salud. Y un estudio bastante conservador en Suecia estimó un 7% de pérdida de la productividad por ausencias por enfermedad y/o discapacidad, estableciendo además que los obesos tenían el doble de ausencias por enfermedad prolongada que la población general.


La deficiencia de micronutrientes también repercute negativamente en la capacidad y productividad laboral y mayor riesgo de enfermedades.


Mirando más allá de los diversos estudios focalizados en distintos aspectos críticos (hambre- obesidad; niños-adultos; rendimiento escolar-laboral; función cognitiva-productiva laboral, etc), puede verse que la mala nutrición impacta negativamente siempre en el desarrollo de los países: en las naciones pobres haciéndolas menos productivas y prósperas y en las naciones ricas amenazando un nivel de desarrollo duramente ganado y evidenciado por sus mayores índices de esperanza de vida y menores niveles de discapacidad.



Comentario Personal: Alimentar adecuadamente a la población de un país constituye una verdadera inversión en materia de recursos humanos y en futuro. Es brindar a todos la posibilidad de crecer y desarrollarse pero además de evitar que personas potencialmente inteligentes o productivos puedan quedar en el camino antes de nacer o durante los momentos claves del crecimiento y desarrollo humano. En conjunto estas evidencias constituyen una prueba fehaciente de que la inversión en nutrición debería ser una prioridad esencial en los países en desarrollo.

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