domingo, 4 de noviembre de 2007

Longevidad y Envejecimiento

La longevidad y el envejecimiento


En un FORO EUROPEO sobre Envejecimiento activo y saludable realizado en la Fundación Europea de Yuste, en Extremadura, donde se jubiló uno de los poderosos de la tierra: el emperador Carlos V, padre de Felipe II.
Se desarrollaron algunos puntos importantes: análisis de los avances en las enfermedades que tienen más expresividad e incidencia en las últimas décadas de la vida en la mujer y en el varón; como se puede hacer la prevención de los mismos en el rigor de las evidencias científicas, de la importancia de los hábitos de vida, alimenticios, físicos, y profilácticos en corregir su frecuencia o intensidad. Y derivado de las dos anteriores cómo poder disfrutar y ofrecer a nuestros semejantes un envejecimiento activo y saludable, con la conservación más armónica de las funciones biológicas, y entre ellas las intelectuales del género humano, el único que tiene conciencia moral y diferencia el bien del mal, y a su vez disfruta de una esfera afectiva, con el desarrollo y disfrute de los sentimientos, por encima, junto con la razón, de los instintos de todos los seres vivos.
Por todo ello, y mientras la ciencia abre nuevos caminos, es cierto que hay evidencias claras para seguir si deseamos individualmente disfrutar de un envejecimiento activo y saludable, en esta oportunidad de longevidad que nos ofrece la vida y la ciencia.
EN RELACIÓN con nuestros hábitos y los beneficios de la ciencia aplicada a la medicina y a la preservación de la salud y bienestar. Así, por ejemplo, la testosterona, además de sus efectos sobre el aparato genital masculino se ha determinado que tiene en la conservación de sus niveles armónicos en el declinar de la andropausia muchos efectos saludables, tanto como predictor de la mortalidad como es el retraso de enfermedades cardiovasculares, del síndrome metabólico, muy frecuente en edades avanzadas, en la conservación de funciones intelectuales, etc., que llevan a la concreción de la oportunidad de su medición y corrección terapéutica, mucho más allá que la de la función sexual.
Igualmente en la mujer, toda la cascada de fenómenos hormonales y biológicos que acaecen en y tras la menopausia pueden ser minorados. Se abre pues, científicamente, un gran horizonte de esperanza basado en los reconocimientos preventivos y la adopción de medidas claras para conservar en las últimas décadas de la vida un bienestar y actividad definidas.

No hay comentarios: